El mercado específico para este colectivo crece y se convierte en un atractivo claro puesto que gastan entre un 60 y 70% más que el resto.
Ni siquiera la crisis global logra poner freno al avance del turismo homosexual: mientras el mercado se contrae, el segmento diseñado a medida de gays y lesbianas sigue inmune e incluso crece, como quedó demostrado estos días en la ITB de Berlín, la feria de turismo más importante del mundo. El atractivo está claro: los viajeros de este mercado gastan entre un 60 y un 70 por ciento más que el resto y su estadística promedia el doble, según cálculos de la IGLTA (Asociación Internacional de Turismo de Gays y Lesbianas, por sus siglas en inglés).