El ala dura del Vaticano neutraliza al ministro que mostró comprensión con la situación de las parejas homosexuales
Las agencias de todo el mundo destacaban la pasada semana una noticia sorprendente: 'Histórico respaldo del Vaticano a los derechos de los homosexuales'. En la curia romana se tambalearon los muros pétreos y hasta el baldaquino de Bernini sufrió una sacudida como si se hubiera rasgado el velo del Templo. Vicenzo Paglia, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, había propuesto afrontar las cuestiones de las uniones entre personas del mismo sexo «en el ámbito del derecho privado, para garantizar así también las cuestiones patrimoniales». Y si bien dejaba claro que el matrimonio solo es entre un hombre y una mujer, apelaba a «evitar toda discriminación, porque todos los hijos de Dios tienen igual dignidad y son intocables». En efecto, parecía otro tono y un signo de cierta apertura.