“Esto ya no es una discusión sobre si se va a aprobar el matrimonio igualitario o no en distintos países. Es un debate sobre cuándo se va a aprobar”. Así de confiado se muestra David Razú, impulsor de la ley de matrimonio homosexual de Ciudad de México, la más temprana de América Latina. En plena discusión con respecto del Tribunal Supremo de Estados Unidos, el sur del continente se presenta dividido entre el progresismo y las posturas conservadoras. Los más avanzados —Ciudad de México y Argentina— ya han ido por la vía legislativa. Otros como Uruguay, Brasil y Colombia, se preparan para una previsible aprobación, y los activistas de algunos Estados de México y Brasil han conseguido que los tribunales reconozcan su derecho. Mientras, Venezuela y Perú se niegan a dar pasos hacia la igualdad de derechos.