miércoles, 10 de abril de 2013

Las cinco cosas más aburridas de ser gay


Nos hacemos eco de la última entrada de Scott Bryan en su blog de la versión británica del Huffington Post porque tiene más razón que un santo:
  1. Que todos piensan que te vas a la cama con todo el mundo: El crítico de televisión asegura que en los diez años que lleva fuera del armario se ha encontrado con más chicos homosexuales que seguían un patrón similar al de los heteros que, al revés, es decir, que no se acercaban a otro si no era con tres copas, que buscaban una relación estable a largo plazo…
  2. La constante salida del armario. Alude al mismo tema que nuestro colaborador Nelson Nuñez escribió hace unos meses: un homosexual no sale del armario en una ocasión, sino durante toda la vida. Cada nuevo amigo, compañero de trabajo, de piso, novias de amigos heterosexuales… tienes que volver a tocar el tema. Al término de la vida de un gay nacido a finales del siglo XX, no podrá contar la cantidad de veces que ha tenido que soltar lo mismo. Bryan advierte que hay dos formas de aludir el asunto cuando tienes que hablar de ello con alguien que no es de tu círculo cercano:
-Deslizar palabras como “novio” en vez de “novia” y mirarle como diciendo: “sí, es así, pero no vamos a hablar más del tema”.
-O contarle directamente: “soy gay” y entonces te espera una entrevista  la Oprah Winfrey.
3. ¿Cuándo te diste cuenta de que eras gay? La califica como la pregunta más aburrida del mundo. Y hace una advertencia a los heteros: la respuesta suele ser tan poco entretenida, o, incluso, tan difícil de contestar como si a tu mejor amigo le preguntaran cuándo fue la primera vez que miró el escote de una mujer…
4. Dan por hecho que te cuidas y sabes de cosmética. Para ser homosexual no basta con que te gusten los tíos, según una regla no escrita, además debes saber todas las rutinas que se han inventado en un gimnasio para hacer abdominales, y, por si fuera poco, estar al tanto de la última antiarrugas que ha sacado Biotherm. Afortunadamente, cada vez los hombres heterosexuales tienen más en cuenta su aspecto, y eso está bien, pero todo en exceso cansa: no todos los gays nos pasamos horas ante el espejo antes de salir de casa.
5. Tratan de emparejarte con todos los gays que conocen. ¿Hay algún homosexual más en la sala? Se da por hecho que si alguien tiene otro amigo gay está en la obligación de presentártelo, y, por supuesto, se da por hecho de que debéis enamoraros para toda la vida.
Fuente:OcioGay

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