El pasado sábado 28 de mayo se conmemoró
por primera vez en México el Día Nacional por la Salud de las Mujeres. Decreto
publicado el 30 de diciembre de 2015.
En 1987, la Red de Salud de las
Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, RSMLAC, hizo la propuesta de instaurar
un día de acción global a favor de la salud de las mujeres y en 1988 se
conmemoró el primer 28 de Mayo con el lanzamiento de la Campaña para la
Prevención de la Morbilidad y Mortalidad Materna, coordinada por la Red Mundial
de Mujeres por los Derechos Reproductivos, RMMDR, y la Red de Salud. Las
muertes a causa de la gestación eran y continúan siendo uno de los indicadores
más dramáticos de la inequidad en salud, en tanto afectan abrumadoramente a
mujeres de los países más pobres para quienes ser madres a menudo es un riesgo
de vida.
Hoy esto no ocurre para millones de
mujeres, en especial para las más pobres y las más jóvenes, para mujeres que
aman a otras mujeres, para quienes son inmigrantes o desplazadas, para aquellas
que habitan zonas rurales o urbano marginales, para mujeres de distintas razas
o etnias, para quienes tienen capacidades diferentes, entre otras condiciones.
Las muertes a causa de la gestación
eran y continúan siendo uno de los indicadores más dramáticos de la inequidad
en salud, en tanto afectan abrumadoramente a mujeres pobres para quienes ser
madres a menudo es un riesgo de vida. Para ellas, el cruce de discriminaciones,
violencias y exclusiones las aleja cada día del goce de sus derechos humanos,
en especial, del derecho a la salud integral y los derechos sexuales y
reproductivos.
Estamos también frente al reto de
atender oportuna y adecuadamente los padecimientos que causan una mayor carga
de enfermedad en las mujeres en México, tales como la diabetes mellitus, la
hipertensión y el infarto, el síndrome metabólico, las adicciones y la salud
mental, sin excluir el grave problema de la violencia familiar y sexual que
viven las mujeres en nuestro país, cuyos daños a la salud se asocian además con
depresión, ansiedad y estrés postraumático. Hoy en día sigue vigente el propósito
de la acción global.
La definición holística e inclusiva de
la Organización Mundial de la Salud que señala: “El derecho a la salud implica
gozar del más óptimo estado de bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de enfermedad o malestar”. Para que se garantice este
derecho, se requiere, entre otros:
1)
Reducir la mortalidad materna. Mujeres mueren por causas evitables
en el embarazo, parto o puerperio. Aproximadamente el 80% se asocian los casos
con tratamientos médicos inadecuados e inoportunos. Los niveles más bajos de
atención por médico los presentan las mujeres sin escolaridad con un 65.6%.
2)
Reducir el embarazo adolescente. La mitad de las mujeres de Sinaloa
tuvo su primera relación sexual en la adolescencia; sin embargo, el uso del
primer método anticonceptivo es hasta cuatro años después. Las mujeres de 15 a
19 años son las que presentan mayor necesidad insatisfecha de anticonceptivos,
con un 12%. Son las adolescentes unidas quienes menos usan métodos
anticonceptivos. También presentan el mayor porcentaje de embarazo no planeado
o no deseado con un 53.2%
3)
Reducir el aborto inseguro. La interrupción voluntaria del
embarazo es un asunto de vida, salud y derechos humanos. La legalización del
aborto es un asunto de justicia social, democracia y derechos humanos.
4)
Acceso universal a métodos
anticonceptivos y la prevención de infecciones de transmisión sexual. Mejorar el acceso a métodos seguros,
eficientes y asequibles debe ser una prioridad.
5)
Promover el diagnóstico oportuno de la
infección de VIH, así como la atención integral a las mujeres con VIH,
prevención de la transmisión materno-infantil y atención integral a niñas que
nacieron con VIH.
Urgente es contribuir a dar respuesta a la infección para llegar a cero
discriminación, cero nuevas infecciones por VIH y cero muertes asociadas al
Sida.
6)
Mayor información y eficacia en las
políticas preventivas en el ámbito laboral. Existe la necesidad apremiante de evitar los riesgos producidos
o agravados por el entorno laboral para la reproducción, embarazo o lactancia.
7)
Incorporar los derechos de la
maternidad y paternidad con la conciliación de vida familiar.
8)
Visibilizar riesgos y enfermedades
asociadas a trabajos en ocupaciones feminizadas.
9)
Abordar el acoso sexual como
condicionante negativo de la vida laboral, cotidiana y de la salud de las
mujeres.
10)
La promoción de la atención humanizada
del parto y la visibilización de la violencia obstétrica. En México es un tema emergente que
deriva de las limitaciones estructurales del sistema de salud, como problemas
graves de falta de insumos, personal y presupuesto, así como la constatación de
lo sistemáticos que son los malos tratos y los abusos
hacia las mujeres que hacen uso de los servicios públicos de salud materna.
Como
parte del informe El Estado de las Madres en México, Save The Children presentó la campaña “Hasta el Último Niño y
Niña”, que advierte sobre la exclusión que enfrentan las y los
adolescentes en México, sobre todo en el ejercicio de sus derechos sexuales y
el embarazo adolescente.
La
organización internacional destaca en su reporte que uno de cada cinco
nacimientos en México es de una mujer adolescente menor de 20 años de
edad. En este sentido, el informe, que cita datos del INEGI, reporta que la
tasa de nacimientos en adolescentes en México es de aproximadamente 77 de
cada 100 mujeres entre 15 y 19 años quienes dan a luz cada año.
De
hecho, México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) con la mayor tasa de natalidad en mujeres adolescentes.
Para
el Fondo de Población de las Naciones Unidas México (UNFPA), que acaba de
presentar “Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto del embarazo en
adolescentes” —la edición de 2013 de su informe anual Estado de la
Población—, las inversiones para facultar a las niñas con conocimiento sobre
sus derechos humanos, educación y la posibilidad de postergar el embarazo,
benefician a la economía de las naciones. Por el contrario, los costos de no
invertir en esto son muy altos.
Los
costos económicos, sin embargo, no deben ponerse por encima de los costos
sociales que acarrea la falta de inversión en las adolescentes, advierte
el informe. Esto significa que estas jóvenes no pueden gozar ni ejercer sus
derechos básicos, como a la educación, lo que genera un círculo vicioso
de pobreza, marginación, desigualdad y la erosión del tejido social.
Las uniones tempranas afectan
gravemente la vida, la salud, la educación y la integridad de las niñas,
impactando su desarrollo, futuro y el de sus familias, e incrementa la
discriminación y violencia contra ellas.
En Sinaloa, las mujeres de 20-24 años
de edad se unieron antes de cumplir 15 y 18 años en un 23.3%, superando la
media nacional de 21.5%.
Por estrato socioeconómico, muy bajo
con un 54%; por nivel máximo de estudios: con primaria o menos un 48.7%,
secundaria un 56.8%, y preparatoria un 11.8%. Por localidad urbana un 16.3% y
rural un 37%.
El informe del Fondo de
Población de las Naciones Unidas México (UNFPA) presenta cuatro objetivos que
deben ser prioritarios para los gobiernos para la solución del problema del
embarazo adolescente:
Empoderamiento
de las niñas. Se debe
facultar a las niñas para que sean capaces de tomar mejores decisiones. Para
ello es necesario implementar políticas públicas enfocadas a la educación y la
generación de consciencia sobre sus derechos humanos.
Rectificar
la equidad de género.
Romper los estereotipos de los lugares que ocupan niños y niñas en la sociedad
es imprescindible, así como asegurar la equidad de oportunidades para ambos
sexos.
Respetar
los derechos humanos.
Con esto se atacan de frente muchos de los factores determinantes subyacentes
que llevan al embarazo adolescente.
Reducir
la pobreza. Para
romper el círculo vicioso es necesario atacar el desarrollo económico y las posibilidades
de inserción en un mercado laboral estable.
Asimismo,
presenta ocho maneras con las que se pueden alcanzar estos objetivos:
1)
Intervenciones
preventivas en niñas de 10 a 14 años que incluyan una educación sexual oportuna
y bien elaborada.
2)
Eliminar
el matrimonio en menores de 18 años y prevenir la violencia y coacción
sexual.
3)
Crear
recursos globales para las niñas y mantener a las niñas saludables y
seguras, y reafirmar su trayectoria de vida.
4)
Proteger
los derechos a la salud, educación, seguridad y libertad frente a la
pobreza.
5)
Lograr
que las niñas asistan a la escuela y permitirles quedarse más tiempo en
ella.
6)
Involucrar
directamente a hombres y niños, y ayudarles a formar parte de la solución.
7)
Ampliar
la información adecuada (educación sexual) a la edad y ofrecer servicios de
salud para adolescentes.
8)
Desarrollar
un marco sucesor de Metas de Desarrollo del Milenio (MDG, por sus siglas en
inglés) basado en principios de los derechos humanos, la igualdad y la
sustentabilidad.
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los derechos y pon en práctica tus derechos!
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